viernes, 26 de diciembre de 2008

Alma de diamante

Ven a mí,

con tu dulce luz...

alma de diamante...

Y aunque el sol,

se nuble después...

sos alma de diamante...

Cielo o piel,

silencio o verdad...

sos alma de diamante...

Por eso ven así,

con la humanidad...

alma de diamante...

Y aunque tu corazón recircule...

(siga de paso o venga)

pretenda volar con las manos...

sueñe,

despierte,

o duerma...

O beba el elixir,

de la eternidad...

sos alma de diamante...

Bien aquí,

o en el más allá,

sos alma de diamante...

Y aunque este mismo sol,

(se nuble, se nuble después)

sos alma de diamante...

Años atrás, percibía todas y cada una de las tensiones que crispan el aire entre dos cuerpos. Sólo para mí era desorden que reclamaba, exigía una resolución. Pedía entrar, entender algún día cómo me veían sus ojos. Mirar la lluvia desde adentro mismo de su matriz de tiempo.
Tiempo después, volví a percibir esa misma sensación, exacta, cortada a cuchillo, trasplantada desde esa adolescencia amarilla febril hasta un día de sol cualquiera caminando por Palermo.
Me dí cuenta de que para mí es más fácil pensarlo en términos de figuritas, hay sensaciones que se reciclan una y otra y otra vez, y son tan distinguibles entre sí como Jem y los Thundercats. Y cada mes llega un paquete nuevo, y puedo sorprenderme y alegrarme de que una nueva imagen agranda lo que viví hasta ahora, o pudrirme de tanta figurita repetida, o tratar de cambiarla por otra q me llene el álbum que quiero completar, etc, etc, etc.
Soy fiel al engendro bizarro de mis criaturas emocionales, es la única defensa que puedo alegar.

álbum virgen

bueno, finalmente accedí a mi propia tentación egocéntrica y me abrí un blog
tal vez cansada de gastar saliva, me pongo a ejercitar los dedos y a escribir un poco
me propuse entre otras cosas revolver mi archivo y mi cerebelo y dejar salir lo que venga.
(y NO NECESARIAMENTE lo que escriba refleja un estado actual)